26 noviembre 2006

La discordia de noche.

Llueve un poco afuera, como intentando lavar algo.El olor a secretos mojados me impide descansar. Por lo pronto un inmenso sopor en los ojos me augura un mediato sueño que no he de esperar con las ansias del buen dormilón, pero al menos se que va a pasar cuando deba ser y los párpados harán su excelente trabajo, acariciando los ojos que ennegrecen la mente de uno cuando no hay nada para ver.
Ahí, en la mas vasta tranquilidad es cuando la mente lanza su más cruel y fuerte fogonazo, y el calmo tesoro nocturno que había supuestamente llegado, se va de un tirón para engañar a los párpados que pincharán los crédulos ojos que ennegrecen la mente de uno cuando aparece todo lo que uno no desea ver.

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