26 noviembre 2006

Engañosamente Parecido


El rey de Sirio es un hombre bueno y sabio hasta donde pudo.Todas las mañanas apenas se asoma el primer sonido, se despierta y va hacia el árbol de las botellas que está a unos kilómetros de su palacio.En el trayecto se olvida de las mejores sensaciones de su sueño, de aquellos olores que lo resucitan cada madrugada y lo bañan en latidos tranquilos y cálidos.El Rey apura su paso y enfría su corazón al punto de quedarse totalmente solo, ajeno a sus raices, recuerdos y sensaciones. El suelo de piedra lo quema y corroe en cada caminata hasta que llega al único árbol violeta y se sienta a no descansar.La botella más alta, solitaria y lejana es la que le llama la atención. El Rey la recoge y la abraza para luego romperla enfurecido:'¡No eres lo que busco, y nunca estarás cerca de lo que alguna vez fue hermoso!.'
Cada amanecer va hacia su refugio en busca de la botella que contenga el sobre hacia el imperio de su felicidad. Pero ninguna hasta hoy es la que le corresponde. Es su único mundo, y el único árbol de su reino hasta que se agote la última botella y se de cuenta que el papel no está en su mundo tangible sino sólo en el universo de sus sueños y que la idea de lo hermoso cambia junto al cielo que nunca será el mismo sino engañosamente parecido.

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