19 mayo 2007

cocodrilos


El casino abre las puertas
y el oro del abismo asoma.
Los ojos se cierran,
el aire es viento y neblina,
y el cantar de un ave con cables
sale de un sueño en caja grande.
La daga de un mediocre amante que en su cama retoza
deshoja una langosta en rosa
y la billetera recostada vacía como un pan árabe
chilla por ser vejada y alejada de su metal.

Tss
















- Bueno y cruzábamos la calle sin prestarle demasiado atención al tránsito, todo iba de maravillas..
- Entonces, ¿qué es lo que pasó?
- Nada, que lo tomé de la mano y salió volando.
- ¿Eh?, ¿cómo?.
- Eso, que lo tomé de la mano y se echó a volar. Pero no sé, fue extraño, porque volaba bajito, como con miedo a caerse.
- ¿Pero qué me estás diciendo?. A ver, ¿podrías ser más precisa?, ¿cómo que salió volando? ¿me estás tomando el pelo?
- ¿Vos me estás tomando el pelo a mí ?. Yo te estoy contando algo importante.. intento descifrar por qué vuela bajito, y vos me salís con niñerías, como si no me conocieras, yo cargándote con semejante cosa... ¡por favor!, mejor me voy a conversar con mi gata que ella seguro me entiende más que vos.
- Te volviste completamente loca, me estás asustando.. A ver si nos entendemos, ¿él salió volando?, ¿despegó su cuerpo del suelo?, ¿se elevó en el aire?, decime, ¡decime como fue!
- Parecés idiota, ¿qué entendés por volar?, ¿sumergirse en el agua?, ¿acariciar un anciano?, ¿rascarse las orejas?. No!..volar, volar como un pájaro! Sí pues claro que se elevó.. Por Favor! siempre tengo que explicarte todo muchas veces. Nunca comprendés nada, es angustioso hablar con vos.
- Necesitás ver a un psiquiatra urgente.
- No, él necesita ver un psiquiatra urgente, nunca vi a nadie volando tan bajito. Debe tener mucho miedo, ¿cómo diablos podré ayudarlo?. Ay! me siento tan inútil...
- Esta conversación no tiene sentido, estás loca.
- No, vos lo estás hermana, al igual que él. Y que todos ellos.
- No entiendo, solías ser diferente, ahora te la pasás divagando, ya no puedo hablar con vos en serio. No sé que pasó con vos realmente..desde esa noche.... desde esa noche estás así.
- ¿Cuál noche? ¿De qué estás hablando?.
- Vos sabés, esa noche que desapareciste, estábamos en casa de la tía y vos fuiste al muelle a tomar aire. Estábas pálida, ¿no recordás?. Nosotras te mirábamos preocupadas desde la ventana, pasaste horas mirando el cielo, no sé que diablos estabas viendo, pero, es más, nos pareció que hablabas, mirabas para arriba y hablabas. Luego no sé que hicimos, y cuando regresamos no estabas. Pensamos que habrías ido a caminar pero no volviste hasta el otro día. Estabas radiante, hablabas mucho y comenzaste a divagar como ahora. Desde esa noche estás así y no comprendo que pasó. No quisiste contarnos. Está bien, pensamos que sólo necesitabas estar sola, lo comprendimos, pero... esto ya es demasiado. ¿Podrías decirme qué pasó esa noche?.
- No lo entenderías tampoco hermana. No sé por qué, si en la escuela te iba bien, siempre distinguida, inteligente, lees mucho, hablás con palabras complicadas, siempre tenés respuestas para todo. Pero.... cuando yo te hablo nunca me entendés, tengo que pasarme horas explicándote todo, ¿te volviste tonta de golpe?.
- Bueno, evidentemente esta conversación no va a llegar a ningún puerto, ¿podés decirme de una vez qué te pasó esa noche?.
- Está bien. Las estrellas brillaban demasiado esa noche, me llamaron de alguna manera.. me llamaron. Y yo fuí a hacerles companía y ellas me contaron unas cosas, y me invitaron a la luna.
Pasé la noche allí, es hermoso. Deberías ir vos también, te aseguro que te haría bien, estás muy nerviosa últimamente, todo el día ahí con esos papeles y letritas chiquitas, por favor, ¡qué martirio!, aún no logro entender cómo hacés para soportarlo, supongo que es por lo que te pagan, claro, ¿ no es así hermana?, si no te pagaran bien de seguro no estarías allí, ¿no?.
- Por Cristo esto es insano, necesitás hacerte ver urgente.. esto no es normal, volar, estrellas, luna, ¡por favor!, parecen frases sacadas de un estúpido cuento fantástico.
- Si vos nunca leíste uno, decís que no tienen sentido, ¿qué sabés vos de fantasía?, ¿Alguna vez te permitiste soñar o imaginarte algo ridículo?.
- Sí claro que sí, cuando era pequeña me imaginaba que hablaba con las plantas, unas que había en lo de la abuela.
- Ahí tenés, ¿ y te considerabas loca?.
- Era una nena de cinco años, los niños tienen muchísima imaginación.
- ¿Y qué pasó con esa imaginación?
- No sé, sólo desapareció a medida que fui creciendo y ya no necesité de ella.
- Qué triste es tu vida hermana, mataste una parte tuya por verguenza, como todos, y pretendes que yo mate a la mía. Es "insano", "estás loca", qué pena me das.
- No entiendo.
- Claro que no entendés, te falta una parte de tu alma para poder comprenderme. Tantos libros, estudios y distinciones para nada. Si ni siquiera podés imaginarte cómo sería volar. No podés. Y eso no figura en un diccionario, no, las sensaciones no figuran allí.
- Estás loca, es triste.
- Está bien, voy a fingir que nada pasó. Está bien hermana, es todo mentira. Esa noche estaba muy aburrida, sólo me fui a caminar y cuando volví me recosté en el jardín me quedé dormida entre los pinos .
- ¿Ves?, ¿para qué me mentiste entonces?, ¿No era más simple decirme la verdad?.
- Si claro hermana, era más simple. Qué fácil es hablar con vos ahora, y hacerte creer esto. Es muy fácil imaginarme durmiendo entre los pinos, antes que imaginarme viajando a la luna, ¿no?.
- No se trata de simpleza, es más lógico, ya está, ya lo confesaste, no sigas diciendo estupideces ahora. Te perdono. Ahora vamos, vamos a tomar un café.
- Bueno vamos, pero sólo quiero hacerte saber que en la casa de la tía no hay pinos. Y pudiste imaginártelos.
- Si hay pinos.
- Y yo fui a la luna.

12 mayo 2007

//

- Vos siempre me decías que eras infantil, que conservabas toda esa ingenuidad casi intacta.
- Te habré mentido, bah, me me habré mentido a mí mismo.
- ¿Cómo puede uno mentirse a sí mismo? Es ridículo.
- A veces uno suele autodefinirse, y termina dándose cuenta de cuán equivocado que está.
- ¿Y cómo te diste cuenta entonces?
- Para serte preciso un episodio en particular me demostró, para mi sorpresa, que soy tan poco niño como la mayoría de las personas adultas...
El viernes estaba en la avenida Santa Fé esperando para entrar a un lugar, y veo que pasa una nenita de la mano de una mujer, y la nena le dice refiriéndose al boliche que estaba justo ahí:
¿Por qué se llama Salón Pueyrredón si esta calle no es Pueyrredón?.
Ahí. ahí me dí cuenta.
- No entiendo la relación entre eso y lo que estábamos hablando.
- Claro. Perdí toda mi niñez, toda mi ingenuidad, en el momento exacto que dejé de hacerme esa clase de preguntas.

Moreno 1443

A las siete a.m. es cuando abro la puerta y me acuerdo que ya no hay madre ni papá. Entro a la habitación y el desorden vuelve a acostumbrarme a no encontrar. Tiro mi bolso en el piso e inmediatamente me fundo con el día que va llenándose de calor y pegote.
Sí, aprendí a incomodarme solo ,dejando de lado el desayuno, la cama hecha y todas esas cosas que tanto me hacen temer a la rutina, a los acostumbramientos de morsa, al aburrimiento, al facilismo; pero aquí el lugar es pequeño y la luz es siempre tímida.
Hace un día ya que no estoy sobre este piso de maderas largas y cenicientas y me encuentro con el cd en pausa. Realmente prefiero no averiguar cual era la canción aunque bien puedo imaginarla mientras mi cara se humedece por algo más.
Miro el reloj en el telefono callado y decido intentarlo: Me desnudo muy rápido revoleando la ropa sobre las otras cosas ya antes revoleadas, y apoyo la cabeza sobre el colchón sin almohada. Las cucarachas se me acercan excitadas.

10 mayo 2007

verdad





Tras el manto azulado y entre algodones deshechos se hace evidente como idea clara y distinta que la felicidad no es más que una sensación y que está ligada al verbo estar como quien padece algo, y no al ser.
Sí, una especie de éxtasis mental, y la piel de gallina viene luego.

el objeto errante

No en vano un tierno rayo que asoma prefiere sugerir sin insistencias el contorno del iluminado.
La cara en sombras de éste, sin evidenciar tramas ocultas, se va desdibujando en una sucesión lenta, típica del cansancio ocular.
El protagónico borde tampoco disimula. Punto por punto el campo visual es todo suyo como también está en su esencia existir de ese modo tan poco sutil. Los rayos imperceptibles se unen entre sí formando aquel divino sin dejar lugar a ningún otro foco de atención.
El objeto errante está suspendido en esa atmósfera densa y casi palpable. El rayo de luz forma un ángulo agudo cuyo lado inferior coincide con el centro del éste. dejando así en sombras la parte sur del cuerpo celeste.
El objeto errante tiene una masa de 35 jup y gira sobre si mismo en un lapso de 152 horas. Las temperaturas en el norte oscilan de los 200º C a 140º C. En el sur, la parte habitada (claro, la Tierra no es la única) las temperaturas no superan los –18º C ya que la luz de su estrella no alcanza nunca ese lejano sector. Esto se debe a que el o.e., a diferencia de los otros objetos de la galaxia R, no gira en torno a su sol, es decir no posee órbita alrededor de éste, que está situado a miles de kilómetros por encima del errante.
Está formado en su mayoría por rocas blandas. Posee un núcleo caliente gigantesco que podría llegar a los 7000 grados, lo cual permite que la zona oscura del objeto no esté congelada.
La fina corteza rocosa está llena de cráteres y pequeños volcanes activos que largan vapor del interior también cumpliendo la función de reguladores térmicos. Este choque de temperaturas genera unas increíbles nubes densas que lo recubren, impidiendo así tener la posibilidad de ver un cielo despejado.
Nada de esto es cierto.