15 junio 2007

Las barbas de algún discípulo

Vellos incontables presenciaron el cumpleaños número cincuenta y tres de una señora.
Las mesas llenas de cosas y polacos revoleando migas y amigas de la familia tan emperifolladas y chatas de espíritu cuchicheban alguna verguenza anecdótica pertinente dada la situación.
Y debajo de la mesa el piso pegoteado, con servilletas retorcidas y ensangrentadas con los rouges, trozos de comida regurjitados, algún collar despechado, y cuántos pies treinta y siete y medio. La media del recinto eran pelados y de metro setenta y pico. Hombres de ombligos irritados y dedos morcilla que alguna vez tuvieron un 504 y llevan siempre alguna banderita metida bien en el culo.
Como buenos carnívoros impregnaron de peste los toilettes, inundados por olores de puerto y alcantarilla, habiendo previamente tapado algun trono nada menos que por ignorancia.
Y la música escupió blasfemias a lo loco y pregonó alguna infidelidad y las amigas volvieron a cuchichear por aquello y un mozó se fué antes de tiempo con unas carteras de más.
El hombre de rojo y bordó era el más sabio y pobre. Se llenó de sanguchitos los bolsillos y gateando bajo las mesas incursionó en el hurto a ebrios y ancianas. El acoso a niñas desde el suelo le figuraba una perspectiva muy didáctica.
Un choclo de plástico viajó muy rapido desde una mano torpe hacia el ojo del discípulo.
Y tuerto antes no había muchos más ojos disponibles entonces se animó finalmente a dejarse ir en la oscuridad. Los tambores y silbatos le arrancaron el pelo a gritos, y el regalo que tenía para la señora moría aplastado entre sus manos.

14 junio 2007

Dialogos de costado

Se tiene el diccionario de la Real Academia Española, o gran parte; una cascada de palabras y se posee directamente un océano lleno de moluscos y oraciones aguachentas.
¿Y qué pasa a la hora del show, cuando la iluminación da calambres y el frío ya está efectivizado y con un importante sueldo? Los actores se paralizan, como quién ve algo un poco insólito y todos los sonidos se mezclan formando un ruido que no deja ver ni escuchar, y las cascadas son como diarrea y el patético protagonista es poseído por un océano de balbuceos y oraciones carentes de lógica.
El actor secundario bien podría sentir verguenza ajena, o en su defecto si su carácter es similar al del otro podría hasta incluirse en ese intento de diálogo tras el áspero silencio que habrá dejado su circunstancial interlocutor.

- En un mundo paralelo...
- (...)
- Sí, como este, igual. Dos personas como usted y yo. Tan parecidas a usted y a mí.
- ¿Un mundo paralelo?
- Sí, como este, igual.
- uhm...
- Usted me entenderá si es quien yo creo.
- Tiene los ojos llenos de todo, en un mundo paralelo, y en éste.
- Usted me entiende.
- Ya lo creo, y si me tiembla la voz es por el frío.
- Se habrá dado cuenta que no sólo lo entiendo, sino que me pasa lo mismo.
- Atrévase a apuntar el rayo de su mirada con la mía.
- No quisiera electrocutarme una vez más, ni en ese mundo ni en éste.
- Bueno, deme esa mano a vér que colores transmite.
- ¿Usted está pensando lo mismo que yo?
- Está en evidencia.

La noche se trasviste auguriosa y dos portadores de lo mismo se van a patear baldosas un poco más lejos.

13 junio 2007

#CCCCCC

El árbol de gris se vistió desaparentando cualquier inclinación al technicolor y sin concluir estación ni clima ni nada, bien vista la mujer se apoyó en él para sentirlo.
De cabellos monocromáticos, en juego (estaría de más avisarlo) y tez áspera cortezana de corteza, posó su mirada en el amigo lejano:

- ¡Oh Sol que me embadurna de pegote cual tronco eyaculando savia!,- exclamó.
El perro de la vieja estiró la pata delante, y debajo dejó el charco amarillento, que en segundos se desaturó por completo hasta alcanzar el gris mas claro de todos los grises conocidos.

- ¡Oh Sol que me llena de brillo cual mosca que se posa en una rama!; ¡No dejes que el monocromo me absorba!- Movió una rama con el codo, rechinando ésta como una puerta vencida y los ojos de la mujer grisácea, grisáceos miraron el espectáculo de agudos avejentados. - ¡Yo lameré tus brázos mi cercano amigo, mi árbol adorado te lameré hasta que dejes de quejarte!, ¡te traeré el color de mi dios pero no me celes que soy tan tuya como mía!

Una nube bien gorda, prostituta, se posó delante del rey amarillo moviéndose lentamente.
- ¡Atrevida!, ¡atrevida!. ¡Me quitas a mi rey ni bien le doy la nuca!, yo que he de lamer las axilas de nuestro árbol, gris amigo, tengo que soportar el frío de tu presencia. ¡Arpía!
- Señora grisácea, yo me quedo con mi rey que es calor para mí en este instante; ya me voy, ya me esfumo y Él volverá a usted pero desgastado, impuro, insatisfecho por mi fugaz visita. Usted encárguese del gris y vencido, viejo, como usted, viejo, gris, vencido; que yo vuelo y floto y me alimento del brillo, de la luz amarillenta del rey. No se ofenda usted por favor que no es ni parecida mi intención.

El cielo volvió a aclararse iluminándole despacio los ojos brillosos que un día fueron de miel como la miel. El aire frío la envolvió sin decirle nada y ella no supo distinguir.
- ¡Escapas de tus queridos, arpía!. ¡Ya no me oyes pero mi voz atolondrada viajará con el viento hasta llegar a tus blancos oídos!.

Grisácea y sola se vió recordando el respaldo que la sostenía. El árbol flaco y desganado no quizo contarle su historia sabiendo bien que sus palabras no serían entendidas.

Atornillar

Destornillándose la cabeza encontró dentro piezas lúdicas sueltas, la gran mayoría parte de un rompecabezas. El mayor enigma que se le presentó entonces fue el de sentirse gozoso frente a tal hallazgo, aquel sinfín de lazos rotos a punto de vomitar su parte más categórica.
(Y lo de enigma lo digo por su constante angustia ante la mayoría de las situaciones emotivas).
En este caso un quiebre fue el determinante de todo, dejando a la luz la más pequeña pieza a gusto con su función y en armonía con un resto aparentemente desdibujado.
Entendió, una vez que comenzó a agrupar las fichas por sectores, que el trazo más fino de su pasado era el de aquel laberinto racional, que desde ya no podría olvidar, (ni se atrevería a intentarlo) que desembocaba en una pieza más llamativa:
Un símbolo algebraico en rojo, un ¿número? que aún no descrifra pero sabe que está y que importa, porque todo constituye Parte de una Parte, y la peor parte es sentir que no hay todo que termine de serlo por sí mismo, sin necesitar de otra Parte, en alguna parte.
No se atrevió a realizar más movimientos y se limitó a atornillar en silencio.

03 junio 2007

Al centro vale como 100 puntos.

No se trate de resucitar lo que está ya agusanado. En caso contrario el despliegue de lo trabajoso será el protagonista más redundante, y uno no querrá más que guardar silencio y mantener los ojos apretadísimos.
Es bien deseado al menos un sólo día en que el aire corra limpio y esté libre de señalamientos.
Es que al parecer se me fue dibujando un target en el pecho con sólo dos círculos y demasiados dardos golpeándome en la cara, como quien emite opiniones con un grado de precisión muy acotado, pero claro que el dolor no discrimina ese tipo de cosas.
Entonces respirar hondo me da náuseas pero el vómito jamás se presenta y lo siguiente es recostarse en algun lado y tragar de a poco el nudo sin ahogarse, y dejar aquellos gusanos en
su respectivo lugar.

02 junio 2007

boa

Puedo quebrarme y hacerme cenizas en segundos, como una foto recien quemada y es asi como me lleno de imágenes antiguas que florecen de adentro hacia mi piel. Soy un complejo desastre.
Una boa engulliéndose a si misma, arrastrándose en el polvo, retorcida, enceguecida y áspera.
Mañana tendré una sonrisa de izquierda a derecha, con dientes recien lavados y un olor a sol invernal y en un rato volveré a esconderme en ese puño, tras esas garras que no me dejan ni en mis sueños, para nunca terminar.