23 abril 2007

Durmiendo

Estaba de día pensando en que ya podría oscurecer y facilitarme el trabajo. La luz lo único que pudo hacer fue alumbrar el vació y el ruido de la máquina que lleva uno adentro se puso estridente.
Entonces insisto en que es preferible pensar en el descanso en el otro mundo cuando se cierran los ojos; y es el resplandor de la esencia de uno el que protagonizará la circunstancial pelicula del soñar.
Supongo que tiene mucho de maravilloso perder el dominio de uno mismo y no sentir ninguna culpa, estar en el cuerpo de alguien que vuela o tener una sonrisa eterna tras una vuelta en el tiempo.
También es preciso creer que el sueño es otra realidad y no menos importante. El caso de que uno se olvide o desprenda de aquel tesoro rápidamente no significa que no sea relevante, sino que el alma de uno es pura y necesita conservarse en sí en ese estado de naturaleza, ya que la exposición a lo tangible haría de eso tan hermoso, un absurdo.. y nadie quiere herirse ni burlarse de sí mismo.
Entonces aquellas historias se guardan por sí solas en un ataúd de carne y la oscuridad alumbra esta vez el alma, y se oye el silencio del sueño, porque uno oye y recopila y reinventa. Como un caleidoscopio se mueven las memorias y cambian de sentido otra vez y otra vez y uno vuelve al vientre y está comodo así acurrucado viendo la parte suave de la vida.

Astucia


Es menester escuchar a quien tenga algo para decir, siempre y cuando no pronuncie
más de dos palabras clichés.
La astucia no sólo es la adecuada evasión de lo que no conviene,
sino el método más heroico de manipular lo que puede ser potencialmente beneficioso.

08 abril 2007

Una manera

El estómago se queja de hambre pero no hay ganas. Y es estar a solas con uno mismo el gran impedimento. La no meta. El abrazo del total desgano y la falta de todo lo necesario para hacer algo entero. Y si entonces piensa, como para sentir que no desperdicia tanto el tiempo, no hay mucho mas que una sola canción como reminiscencia de la memoria. Entonces la salida más loable es darse un golpe en la cabeza, estornudar, sonarse la nariz, y despues hacer algo frívolo. Recurrir a alguien, distraerse con un par de tinellis, sonreir y demás. Tratar de salir del cubo, pensar como aquellos que tanto aborrece. Pero en sí el secreto para no hundirse en un día nefasto es saber que el tiempo tambien puede ser aliado, si se logra manipularlo un poco, y hacer que el sol caiga no tan lento.